Del calor de la playa al frio del altiplano.


En nuestro viaje el tiempo siempre fue un factor determinante. A diferencia de otros viajeros que salen a la ruta esperando que ella los guíe sin importar cuanto tiempo les lleve recorrerla, nosotros siempre tuvimos el viaje marcado por la llegada de alguna persona. Primero pasó con Don Torcuato cuando su novia lo fue a visitar a Florianópolis y después conmigo cuando Camí vino a Río. La segunda parte de nuestro viaje comenzó de la misma manera y también estuvo marcada por la llegada de alguien. En este caso teníamos que llegar el 15 de agosto a Cusco ya que  los hermanos de Claypole llegaban ese día y el 16 las novias de Don Torcuato y Mármol. Solo teníamos 13 días para hacer los 4000 km que unen Río de Janeiro y Cusco. En el medio teníamos que atravesar el Mato Grosso, Bolivia horizontalmente, bordear el lago Titicaca y entrar a Perú para finalmente llegar a Cusco. Si bien esta nueva etapa la queríamos hacer a dedo decidimos (por lo menos esta parte) hacerla en bondi para asegurarnos  llegar a tiempo.




Mochilas en la espalda y listos para salir a la ruta.


 Ultima foto con la kombi y con un morador da rua. 

    Después de cenar por última vez en la playa de Copacabana y por primera vez sin la kombi, nos tomamos un bondi regional hasta la terminal de Río donde nos íbamos a  tomar otro de larga distancia hasta São Paulo. Una vez ahí la idea era subirnos a otro colectivo rumbo a Santa Cruz de la Sierra (Bolivia). Cuando llegamos a la terminal de Rio sacamos un pasaje para esa misma noche para Sao Paulo pero un encuentro con la policía nos obligó a quedarnos toda la noche en la terminal e irnos al otro día.

     Como no podía ser de otra manera nuestra salida de Rio no fue nada fácil. Antes de salir de viaje mucha gente nos advirtió de la policía de Brasil, nos decían que teníamos que tener mucho cuidado con ellos porque no andaban con vueltas y si les pintaban te podían llevar a la comisaria y maltratar. En nuestra estadía en Brasil (en especial en Río de Janeiro), como era de esperar, tuvimos algunos encuentros con la policía pero ninguno fue muy trascendente. Es más, algunos fueron muy chistosos. Una vez mientras yo estaba con Camí revisaron la kombi en busca de unas Mabel´s y al no encontrarlas se fueron. Hubo una secuencia muy bizarra en la que dos policías se acercaron en moto para hacernos una pesquisa y, al quedar flasheados por la kombi y nuestra historia, nos empezaron a seguir en Instagram desde sus cuentas. Más allá de esos dos encuentros no tuvimos ningún otro episodio con la cana brasilera hasta esa noche en la terminal de Rio donde, sin lugar a duda, tuvimos uno bastante intenso.


Y.. ¿ahora? Mensaje escrito en una de las puertas de la mesada de la kombi despues de haberla dejada.

  Hay una teoría que dice que cuando yo me duermo pasan las cosas más interesantes. Por poco que me guste, algo de razón tiene esa teoría. Hubo momentos en los que me perdí de conocer algunos personajes o de presenciar algunas situaciones por quedarme dormido. Esa noche en la terminal el quedarme dormido me salvo de una situación media complicada. Cuando llegamos y después de haber sacado el pasaje los chicos decidieron ir a ranchar, como yo ya estaba muy cansado decidí quedarme con las mochilas mientras los chicos se iban para otro lugar. Desde ese momento (que me quede dormido arriba de la mochila de Don Torcuato) hasta que el mismo vino dos horas después para decirme que tenía que ir a la agencia de colectivo a reprogramar el pasaje para el otro dia no presencie nada de lo qué paso.  


Claypole tocando la guitarra en la terminal de Puerto Suarez.

   Al parecer a alguien no le gusto nuestra presencia y llamo a la policía. A los minutos aparecieron dos oficiales al mejor estilo Rambo y empezaron a intimar a los chicos. Para evitar problemas (y después de ser llevados a la comisaria de la terminal) los chicos les dieron las pocas Mabel´s que tenían encima. Cuando la secuencia parecía terminar, los chicos les dijeron que nuestro colectivo se estaba yendo y les preguntaron si se podían retirar. Al parecer esto no les gusto y al estar  muy aburridos decidieron divertirse con un par de mochileros, entonces, los esposaron a los tres juntos y en fila (uno mirando hacia adelante, otro hacia atrás y el tercero hacia adelante) y les empezaron a pegar con su “palito de la buena conducta”. No contentos con eso vaciaron nuestras mochilas (menos la de Don Torcuato porque yo estaba durmiendo encima presenciando toda la escena inconscientemente) buscando más evidencia y al no encontrar empezaron a romper nuestras cosas con la excusa de estar buscando “evidencia”. Mientras iban vaciando las mochilas iban rompiendo todo lo que encontraban a su camino. Con sus borcegos pisaron e hicieron mierda adrede un vaso térmico mío y dos mates. Después agarraron el manguero y cortaron TODAS las pulseras mientras decían al mejor estilo Terminator “¡Artesanato!” y se cagaban de risa. No contentos con esto agarraron el shampoo y la crema enjuague y lo vaciaron en toda la ropa de Burzaco (lavada ese mismo dia). Para terminar con su divertimento los obligaron a poner toda la ropa en las mochilas en solo 10 segundos estando esposados mientras los amenazaban con su porra. Después de un par de golpecitos más mientras se reían en la cara de los pibes decidieron irse satisfechos a la comisaría. Cuando uno lo ve a la distancia puede parecer una secuencia bastante chistosa. Mientras a los pibes les estaba pasando todo esto yo estaba roncando en sus caras y aunque me gritaban “Joaco!! Despertate!!” yo seguía durmiendo. A todo esto la policía les decía que no me despierten que yo no tenía nada que ver.

    Esa noche la pasamos en la terminal y salimos el otro dia a la mañana para   São Paulo. Una vez que subimos al bondi empezó una maratón de ómnibus que duró 3 días. Cuando llegamos a la terminal de Sao Paulo y después de 8 horas de viajes sacamos otro pasaje para Puerto Suarez (el pueblo boliviano fronterizo con Brasil) ya que no encontramos uno que vaya directo a Santa Cruz. Ese viaje en bondi duro unas 22 horas y cruzamos todo el Mato Grosso llegando a Bolivia el sábado 4 de agosto. Cuando llegamos a Puerto Suarez comimos algo rápido y nos subimos a otro colectivo de 16 horas de duración rumbo a Santa Cruz. Gran error. El bondi que tomamos desde Sao Paulo hasta Puerto Suarez paso de la largo la frontera y no hicimos migraciones. A la terminal  de Santa Cruz llegamos el domingo a las 5 de la madrugada y después de unas horas ahí nos dimos cuenta que habíamos bardeado al no hacer migraciones.
    Con solo unas pocas horas en Bolivia volvimos a tener un encuentro con la policía y esta vez con la Interpol boliviana. Nuestra suerte parecía que no iba a mejorar. Estábamos de ilegales en Bolivia y para colmo la Interpol al vernos en la terminal con las mochilas y la guitarra se acerca para hablarnos. Al darse cuenta que no teníamos migraciones sus ojos se encendieron y quisieron aprovechar la situación. Después de intentar intimarme con preguntas como “¿A qué te dedicas aparte de ser músico?” o “A los músicos yo los destruyo” nos dijeron que iban a pasar más tarde para llevarnos a sus oficinas y ver  “como podíamos arreglar nuestra situación”. Si uno busca la traducción de esa frase en Google te va aparecer “El cana quiere guita”.


La vista desde alguna terminal de bondi.

     A esas alturas ya estábamos un poco hinchado los huevos. Veníamos de días de viaje arriba de distintos colectivos después de nuestro episodio con la policía brasilera. Estábamos cansados, con hambre, hace días no nos duchábamos y no hay que olvidar que hace pocos días habíamos dejado nuestra kombi y recién nos estábamos acostumbrando a este tipo de viaje. Lo que menos necesitábamos era estar de ilegales en un país. Para colmo teníamos a la policía dando vueltas esperando el momento para aprovechar la situación y sacarnos algo de guita. Los ánimos estaban por el piso, algunos de nosotros ya estaban diciendo que después de Cusco se iban a volver a Buenos Aires. Teníamos que solucionar cuanto antes nuestra situación migratoria. Necesitábamos la salida de Brasil para después ir a buscar la kombi y a medida que los días pasaban nos iban a cobrar una multa que podía llegar a los 800r sin contar que tambien estábamos de ilegales en Bolivia. En medio de todo y después de hablar con Camí, ella me aconsejo que llamemos al consulado argentino para que nos ayuden. Después de hablar con el cónsul argentino este me dijo que de ninguna manera me vuelva a la frontera para hacer migraciones y que espere al martes (el lunes era feriado en Bolivia) para solucionar este problema en las oficinas de migraciones en Santa Cruz.

  Más allá de las palabras del cónsul teníamos dos opciones para poder solucionar el problema. La primera era seguir su consejo y esperar hasta el martes y la segunda era volver a la frontera y hacer migraciones. A todo esto hay que sumarle que ese domingo a la tarde nos venía a buscar Juan Carlos (una persona que Burzaco contacto por medio de una aplicación de hospedaje gratuito) para llevarnos a una casa donde nos íbamos a quedar durante nuestra estadía en su ciudad. Después de almorzar y debatir que íbamos a hacer, los pibes habían decidió volver ese mismo dia a la frontera para hacer migraciones y estar de vuelta al otro dia. Aunque esa solución parecía las más fácil y rápida yo decidí quedarme hasta el martes y seguir el consejo de cónsul confiando que íbamos poder solucionarlo el problema desde Santa Cruz. Aparte de eso no estaba listo mentalmente para volver a hacer 600km de ida y otros 600 de vuelta después de nuestra maratón de colectivos que veníamos arrastrando y prefería quedarme en Santa Cruz trabajando. Cuando los chicos estaban a punto de sacar el pasaje apareció Juan Carlos y los alentó a quedarse unos días y esperar hasta el martes.


Palomas en la plaza principal de Cochabamba.

    Esa noche Juan nos llevó a la casa de Juan Pablo donde nos íbamos a quedar en un cuarto vacío donde podíamos tirar las bolsas de dormir. El cuarto donde nos hospedamos estaba en un terreno donde había otros cuartos donde vivían el resto de la familia de Juan Pablo. En uno de ellos vivía el con toda su familia (su esposa y su hija), en otra habitación vivía su suegra y en otra casa en el mismo terreno su nuera con su esposo y sus hijos. A pesar de vivir todos juntos en un terreno chico no tuvieron problema en alojar a 4 tipos argentinos que no conocían en el único cuarto vacío que tenían. Esa noche la esposa de Juan nos agasajó con una  cena increíble y comimos con Juan Carlos mientras intercambiábamos anécdotas y vivencias. 

     No pudimos caer en un mejor momento para distenderos un poco y olvidarnos de nuestros problemas migratorios. Ese lunes era el aniversario de  la independencia de Bolivia y en la casa de Juan Pablo se iba a llevar a cabo una fiesta. Esa mañana ayudamos a organizar las mesas, armar los puestos de venta y mover las bebidas. En forma de agradecimiento la gente nos dio el almuerzo. De a poco nos íbamos dando cuenta que en Bolivia la comida no iba a ser un problema. Esta era mi tercera vez en ese país y si hay algo que siempre me gustó fue su comida (o mejor dicho su precio). Bolivia debe ser por excelencia el Edén de los mochileros. El hospedaje es relativamente barato, el transporte es muy barato y por solo 10bs (46 pesos argentinos) podes almorzar y cenar una serie de platos generosos.


Con Don Torcuato recien llegados a Cochabamba.

   Volviendo al día de la independencia de Bolivia nos quedamos hasta el mediodía en la casa de Juan y después nos fuimos para el centro de Santa Cruz a recorrer y ver si podíamos trabajar. Muchos viajeros nos habían dicho que Santa Cruz es una de  las ciudades donde más plata se puede hacer en Sudamérica y llegábamos con muchísimas expectativas. Entonces una vez en la plaza nos dividimos para trabajar. Mientras Claypole y Don Torcuato se quedaron vendiendo pulseras yo y Burzaco nos fuimos a buscar cada uno un semáforo. Después de hacer unos pocos semáforos me di cuenta que Santa Cruz está a otro nivel en cuanto a trabajo y en especial si sos músico. Esa noche cuando nos juntamos nos dimos cuenta que todos hicimos muy buena plata. Es realmente muy buena la recepción que tiene los artistas en Santa Cruz. Las plazas están llenas de artistas (artesanos, pintores, raperos, músicos, magos) y absolutamente a todos les iba bien. Para que se den una idea conocimos un rapero que iba a Santa Cruz solo para trabajar y con esa plata se iba para Europa. 


Los pibes enfrente de la Iglesia de Santa Cruz de la Sierra.

  Esa noche cuando llegamos a lo de Juan nos podíamos dar cuenta que nos habíamos perdido de una buena fiesta. Estaban todos re en pedo y al vernos se entusiasmaron con nosotros y nos invitaban de las mesas a escabiar con ellos las pocas cervezas que quedaban. Al otro bien temprano nos fuimos para el centro a tratar de solucionar nuestro problema en migraciones. Al decirnos que teníamos que volver a la frontera hacer migraciones nos fuimos para el consulado argentino a hablar con el cónsul. Al escuchar lo que le decíamos este no lo podía creer e intento hablar con el director de migraciones. Después de unos cuantos minutos esperando el cónsul bajo de su oficina y nos dijo que no podía hacer más nada por nosotros y teníamos que volver a la frontera para hacer migraciones. Con muchísima bronca esa noche nos fuimos para la frontera a hacer migraciones. Al otro después de terminar el trámite volvimos a la terminal a tomarmos un bus rumbo a Santa Cruz. Esa noche llegamos a lo de Juan exhaustos donde nos recibieron con un plato de comida. El y su familia eran increíblemente generosos con nosotros y se los veía felices de darnos lo poco que tenían. Todos los días aparecían con un plato de comida abundante para cada uno para que comamos bien y siempre que les preguntábamos o necesitábamos algo estaban dispuestos a ayudarnos. Por acciones como estas me di cuenta que si hubiéramos llegado a Santa Cruz con la kombi jamás hubiéramos conocida ni a Juan Carlos (nuestro anfitrión virtual) y a Juan Pablo y su familia (nuestro verdadero anfitrión). Tampoco hubiéramos pasado el dia de la Independencia de su país con ellos ni con las demás personas que estaban en la fiesta. El jueves de esa semana a la noche y después de estar pocos días en Santa Cruz nos fuimos para la terminal a tomar un bondi hacia Cochabamba.


Con Juan Carlos, la persona que nos consiguio hospedaje en Santa Cruz.

   En Cochabamba no pasó mucho. Llegamos a la madrugada después de viajar toda la noche (consejo de viajero: si vas a tomarte un bondi de larga distancia fíjate que sea de noche para ahorrarte el hospedaje) y nos quedamos solo un día. El tiempo que estuvimos ahí lo aprovechamos para recorrer la ciudad, fuimos a la universidad y después a su Cristo de la Concordia (10 metros más grande que el de Rio de Janeiro) no es que seamos católicos o fanáticos de Jesús pero algo había que hacer. Esa noche y después de trabajar un poco no quisimos perder el tiempo y nos volvimos a subir a un bondi rumbo a La Paz. Ahí nos íbamos a encontrar con Mármol después de casi un mes sin vernos. 


 Cochabamba.

       Llegamos a La Paz a las 6:00 de la mañana y cuando nos quisimos dar cuenta en solo 6 días pasamos de estar del calor las playas de Río al frío de la altura en La Paz. Lo primero que hicimos cuando llegamos fue buscar un hostel donde hospedarnos para después ir a buscar a Mármol a Loky, el hostel donde estaba haciendo voluntariado hace ya más de una semana. Teníamos pensado quedarnos en La paz solo ese dia y ya al otro dia salir rumbo a Copacabana, un pueblo pesquero y turística en las orillas del lago Titicaca a pocos kilometros de la frontera con Perú. Después de dar un par de vueltas y no encontrar hostel nos fuimos para el hostel del Mármol directamente. Cuando llegamos a loky mármol estaba durmiendo, entonces la gente del lugar nos dejó dejar las mochilas en un guardarropas, tomar un té y hasta darnos una ducha. Después de esperar algunos minutos una de las compañeras de trabajo fue a levantarlo a Mármol sino podíamos estar horas recién eran las 9 de la mañana y el dia anterior había trabajado hasta las 4 de la mañana.


La Paz desde la altura.

   Después de  darle la sorpresa a nuestro amigo nos fuimos a comer todos juntos y al Valle de la Luna a festejar que estábamos los cinco juntos otra vez. Esa noche nos quedamos en una fiesta que había en Loky y nos emborrachamos como cuando teníamos 15 años. Al otro dia después del mediodía nos fuimos para la terminal de ómnibus de La Paz y sacamos un pasaje a Copacabana. Después de hacer 150km en 6 horas llegamos a Copacabana y buscamos un hostel donde quedarnos.  Era la primera vez que estábamos los cinco juntos en un mismo cuarto de hostel en el viaje y la primera vez que estábamos los 5 juntos después de casi un mes. Lógicamente nosotros y mármol veníamos de dos viajes distintos, nosotros veníamos del quilombo de Rio de Janeiro, de haber dejado la kombi y de 8 días de puro colectivos mientras que las últimas semanas él estuvo viajando solo y “a lo gringo” (como jodiamos nosotros) . Es de esperar que al principio le pasamos un poco de factura pero al poco tiempo  nos pudimos amoldar los cinco una vez más como grupo. Al otro dia sacamos una excursión para la isla del sol y la isla de la luna. La primera ya la conocía por otro viaje pero no deja de ser un lugar increíble y que te puede maravillar mil veces. El lago Titicaca parece interminable, su agua helada parece un vidrio de lo transparente que es y la vista es alucinante. Sus islas, donde todavía siguen viviendo comunidades, están llenas de historia y la cordillera de los andes con sus cerros nevados calza perfecto con todo el paisaje. Navegar por sus aguas en un barco es una experiencia única que cualquiera debería y puede hacer. Esa tarde después de volver de la excursión sacamos un pasaje para Cusco y nos subimos al último bondi de nuestra maratón de colectivos que veníamos arrastrando desde que salimos de Rio de Janeiro. Finalmente y después de solo 11 días de haber dejado la kombi,  4000 km recorridos y 8 colectivos, el 13 de agosto llegamos a Cusco. 


La vista del Lago Titicaca y la Isla de la Luna desde lo alto en la Isla del Sol.



     Esta fue mi tercera vez en Bolivia en menos de 3 años y todas mis experiencias fueron distintas. A diferencia de las otras, esta vez entre como viajero y no como turista. Siento que tengo un lazo especial con ese país porque fue el primero que conocí y recorrí con total libertad. La primera vez fue en  2016 en un viaje que hice con Burzaco (Salar de Uyuni y Copacabana) y la segunda vez fue este verano con Camí (Santa Cruz de la Sierra, Cochabamba, Sucre y Uyuni nuevamente). Todas fueron distintas y en algunas conocí las mismas ciudades desde distintos ángulos. Creo que de eso se trata Bolivia, de cómo la  miras. Podes agarrar y preguntarle a 10 personas distintas su experiencia en en ese pais y te podes sorprender por lo distantes de sus repuestas. Algunos te van a decir que (a pesar de no haber conocido lo más importante (como el Salar de Uyuni) jamás volverían mientras que  otros te van a decir que  volverían mil veces. Entonces ¿Porque hay tanta gente que se lleva una mala imagen de una país el cual tiene uno de los paisajes más hermosos de Sudamérica y encima es tan barato? La respuesta es: por su gente.


Valle de la Luna en La Paz



  A diferencia de otros destinos turísticos, muchos bolivianos parece que quieren ahuyentar al turismo en vez de amigarse con el. Son muchísimas las personas que escuche decir que en un hostel, restaurante, local o colectivo  turístico tuvieron un mal trato siendo clientes. Yo mismo padecí eso en otro de mis viajes a Bolivia. Su gente parece que no tiene ningún problema en exteriorizar su disgusto frente al turista y se lo hace notar. No estoy de acuerdo en eso como tampoco estoy de acuerdo en el hecho de que al turista le quieran sacar más plata. En Bolivia es muy común la diferencia de precios de un solo producto en los lugares turísticos. La gente te va a querer cobrar un precio distinto por el mismo producto dependiendo de tu cara. Queda en uno hacerse respetar darse cuenta que ese precio no es el verdadero y regatearselo. Algunos caminos y viajes en bondi podes llegar a sufrirlos por la manera en que manejan los conductores, por la altura y por sobre todo por el estado de las rutas. Si bien a medida que pasan los años van mejorando las rutas y hay algunas que están un muy buen estado hay otras que no. A pesar de todo eso vale la pena ir a Bolivia, un país repleto de paisajes increibles donde todavía se sigue manteniendo y viviendo la cultura autóctona.

Comentarios

  1. Me mato lo de la cana brasilera! Que hdp!! Yo sabia que estarían expuestos pero no al mal trato y al abuso de autoridad.Lamento esa experiencia del orto que pasaron.
    Con respecto a Bolivia coincido con vos Joaco! Muchas veces la gente no acompaña, los paisajes muy bellos.

    ResponderEliminar
  2. Lucky Club Casino Site Review - Lucky Club
    Lucky Club Casino is a Malta-based online luckyclub.live casino that provides over 100 games, a mobile app, casino site, and a casino website with a dedicated

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares