Al lado del camino


         Nuestro cuarto día de viaje nos encontró una vez más en la ruta. Después de una noche de poco descanso retomamos nuestro camino y nos propusimos recorrer los 305km que separan Paso de los Libres de Posadas y quedar a solo 400km de las Cataratas del Iguazú (tan cerca pero a la vez tan lejos). Hicimos un par de kilómetros hasta que la kombi se apagó y dejo de funcionar, habíamos hecho solamente 40km y eso iba a ser todo por ese día. Después de revisar el motor, Claypole se dio cuenta de que lo que estaba fallando era la bomba de nafta. En ese mismo momento un auto frenó y lo llevó a Claypole a Paso de los Libres para buscar un repuesto. Eran las 12:30 del mediodía.


Al lado del Camino

  El resto de la tarde los demás nos dedicamos de lleno a  hacer absolutamente nada (no es tan fácil como parece). Al costado de la ruta no se puede hacer mucho. A medida que pasaban los minutos nos íbamos impacientando cada vez más, ya que no recibíamos noticias de nuestro amigo y ya se había ido hace unas horas a Paso de los Libres.
  A eso de las 3:30 pm, Claypole nos mandó un mensaje en el que decía que, como era sábado, ninguna casa de repuestos abriría. Nuestras esperanzas de arreglar el motor y seguir viajando ese día de a poco se iban disipando. Las cosas no venían saliendo como planeábamos, y encima nos encontrábamos varados al costado de la ruta. Cerca de las 6:30pm recibimos otro mensaje de  Claypole, diciéndonos que ya había conseguido el repuesto (se había encontrado de casualidad con un juez el cual lo llevó al taller de un mecánico amigo y este le regaló el repuesto) y que se estaba dirigiendo a la ruta para hacer dedo. Ahí  nos dimos cuenta de que no fue una buena idea haberlo dejado ir  solo, con 3 puntos en la pierna y casi sin batería en el celular. Buenos amigos.


“La espera me agoto, no sé nada de vos” Mármol y Burzaco tomando una siesta mientras esperaban que Claypole vuelva.

   Los minutos iban pasando, la noche iba cayendo  y no teníamos noticias de nuestro mecánico. A las 8:30pm nos dimos cuenta que iba a ser casi imposible de que alguien lo levante de noche, así que decidimos ir con Mármol a buscarlo a la ciudad. Agarramos nuestras mochilas, una carpa y bolsas de dormir por si teníamos que pasar la noche allá, y nos cruzamos de carril para hacer dedo. Quizás sea la suerte o el destino, pero el primer camión que pasó nos frenó. Al subirnos al vehículo vemos que nuestro salvador es nada más ni nada menos que Bruce Willis. Hablando con el conductor nos dijo que hacía 7 años labura de camionero y jamás había levantado a una persona. También dijo que nos vio esa misma tarde al costado de la ruta y asumió que necesitábamos ayuda. Una vez más los de afuera vienen a nuestro rescate.
    Los 40km que separan el km 529 de la ruta 14 y la entrada de Paso de los Libres los transitamos llenos de desesperación. Esperábamos encontrar a Claypole en la estación de servicio que se encuentra en la entrada del pueblo y volver con los pibes cuanto antes. No pueden imaginar nuestra alegría cuando lo encontramos haciendo dedo en aquel lugar, sucio y con el repuesto en la mano.



  Como si fuera poco, Arturo (el Bruce Willis correntino) hablo con un amigo camionero (que tampoco levantaba pasajeros), que se encontraba en ese momento en la estación de servicio, para que nos lleve de vuelta al lugar donde estábamos varados. En el camino de vuelta hablamos con nuestro segundo salvador de la noche, y nos comenta que esa noche no iba a pasar por la estación de servicio, pero como gendarmería estaba haciendo controles en la otra ruta que tenía que tomar, decidió evitarlos y se desvió por la ruta 14.
      En estas situaciones se me hizo inevitable preguntarme ¿Qué hubiera pasado si..?
1)      No hubiéramos  hecho dedo justo en el segundo en que Bruce Willis pasaba por la ruta.
2)      El gordo (el apodo del segundo camionero) no se hubiese desviado y seguido por la otra ruta.
3)      La bomba de nafta no se hubiera roto.
4)      Claypole no hubiese llegado a la terminal justo antes que nosotros (cuando lo encontramos nos dijo que hace 5 minutos había llegado a la estación).

Atardecer al costado de la ruta
       
 Finalmente llegamos al lugar donde estaba la kombi, a las 9:10 de la noche. Una vez ahí, terminamos todos abrazados, saltando y cantando, festejando que habíamos encontrado a Claypole sano y salvo. En ese momento no nos importó que lo que se había roto no era la bomba de nafta, lo único que queríamos era comer, dormir y que al otro día se nos solucionen todos nuestros problemas. Esa noche pasamos nuestra primera noche en la ruta, corriendo el riesgo de ser acariciados por los camiones que pasaban a gran velocidad a tan solo metros de donde se encontraba la kombi.
     De a poco me voy dando cuenta que cuando estamos metidos en una situación complicada, siempre aparece la persona indicada  en el momento indicado para darnos una mano. Siento que somos parte de una película, donde hay otros actores que están esperando su escena para entrar y decir su guion. Estaría bueno que la trama no sea tan complicada, así podríamos llegar a las Cataratas del Iguazú cuanto antes.


“Home sweet home” Ruta nacional 14, kilómetro 529


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